La reanimación cardiopulmonar es una serie de acciones vitales que mejoran la probabilidad de que un paciente sobreviva a un paro cardíaco. Aunque el enfoque óptimo para la RCP puede variar según el reanimador, el paciente y los recursos disponibles, el reto fundamental es el mismo: cómo realizar una RCP pronta y eficaz.
A pesar de los importantes avances realizados en la prevención, el paro cardíaco continúa siendo un problema de salud pública significativo y una de las principales causas de muerte en muchos países del mundo. El paro cardíaco se produce tanto dentro como fuera del hospital. En Estados Unidos y Canadá, aproximadamente 350.000 personas al año (aproximadamente la mitad de ellas dentro del hospital) sufren un paro cardíaco y reciben intentos de reanimación. Esta cifra no incluye el significativo número de víctimas que sufren un paro y no reciben reanimación.
En este apartado, nos centraremos en dos sistemas de atención diferenciados: el sistema para los pacientes que sufren un paro en el hospital y el sistema para aquellos que sufren un paro fuera del hospital. Pondremos en contexto los elementos que componen un sistema de atención del paro cardíaco teniendo en cuenta el entorno, el equipo y los recursos disponibles, así como la mejora continua de la calidad (MCC) desde el momento en el que el paciente entra en un cuadro clínico inestable hasta después de recibir el alta.
La mortalidad a causa del paro cardiaco intra hospitalario PCIH sigue siendo elevada. La tasa media de supervivencia es aproximadamente del 24%, a pesar de los notables avances en los tratamientos. Estas cifras son especialmente malas para el paro cardíaco asociado a ritmos distintos a la FV y la TV sin pulso. Los ritmos distintos a la FV/TV sin pulso están presentes en más del 82% de paros intrahospitalarios.
SISTEMAS DE ATENCION
Un sistema es un grupo de componentes interdependientes que interactúan como tal. El sistema proporciona los eslabones de la cadena y determina la solidez de cada eslabón y de la cadena en conjunto. Por definición, el sistema determina el resultado último y fomenta la organización y el apoyo colectivo. El proceso ideal para lograr la reanimación depende en gran medida del sistema de atención en conjunto.
La reanimación con éxito tras un paro cardíaco requiere un conjunto integrado de acciones coordinadas que se representan con los eslabones de la cadena de supervivencia de la AHA (Figura 1).
La reanimación eficaz requiere una respuesta integrada conocida como un sistema de atención. La apreciación colectiva de las dificultades y oportunidades presentes en la cadena de supervivencia pasa a ser un elemento fundamental en un sistema de atención en el que las reanimaciones se concluyen con éxito. Por tanto, los individuos y grupos deben trabajar juntos, compartir ideas e información, para evaluar y mejorar sus sistemas de reanimación. La capacidad de liderazgo y de responsabilidad son componentes importantes de este abordaje de equipo.
Para mejorar la atención, los líderes deben valorar el rendimiento de cada componente del sistema. Solo con la evaluación de la actuación, los participantes de un sistema pueden intervenir eficazmente para mejorar la atención prestada. Este proceso de mejora de la calidad consta de un ciclo continuo e iterativo de:
· Evaluación sistemática de resultados y cuidados de reanimación brindados
· Evaluación comparativa con los comentarios de todos los implicados Esfuerzos estratégicos orientados a corregir las deficiencias identificadas
Si bien la atención que se ha de dispensar a todos los pacientes después de la reanimación, independientemente del lugar donde se originó el paro, converge en el hospital (por lo general, en la unidad de cuidados intensivos, UCI), la estructura y los elementos del proceso previos a dicha convergencia varían enormemente entre los dos grupos de pacientes. Los pacientes que sufren un paro cardíaco extrahospitalario (PCEH) dependen de la ayuda que se les pueda prestar en su comunidad. De los reanimadores legos se espera que sepan reconocer el malestar en un paciente, pedir ayuda e iniciar la RCP, así como la desfibrilación de acceso público (DAP) hasta que un equipo de profesionales entrenados del servicio de emergencias médicas (SEM) se haga cargo y traslade al paciente a un servicio de urgencias hospitalario (SUH) o a un laboratorio de cateterismo cardíaco antes de derivarlo a una UCI para que reciba atención continua.
Sin embargo, los pacientes que sufren un paro cardíaco intrahospitalario (PCIH) dependen de un sistema de vigilancia y prevención del paro cardíaco apropiado. Cuando sobreviene el paro cardíaco, los pacientes dependen de una interacción fluida entre las distintas unidades y servicios del centro de salud, y de un equipo multidisciplinario de proveedores profesionales que abarca médicos, personal de enfermería, especialistas en terapia respiratoria, farmacéuticos y asesores, entre otros.
Numerosos paros intrahospitalarios suceden tras cambios fisiológicos fácilmente reconocibles, muchos de ellos evidentes con la monitorización rutinaria de los signos vitales. En estudios recientes, casi el 80% de los pacientes hospitalizados con paro cardiorrespiratorio habían presentado signos vitales anormales incluso hasta 8 horas antes de producirse el paro. Este dato sugiere que hay un período de aumento de la inestabilidad anterior al paro.
El concepto clásico de cadena de supervivencia de la reanimación vinculaba la comunidad con el SEM y el SEM con los hospitales, siendo la atención hospitalaria el destino último.1 Sin embargo, los pacientes que son objeto de una situación de emergencia cardíaca pueden acceder al sistema de atención desde uno de muchos puntos diferentes.
La emergencia puede ocurrir en cualquier lugar y momento, no solo la calle o en el domicilio del paciente, sino también en el SUH del hospital, en la cama de su habitación, la UCI, el quirófano, el laboratorio de cateterismo o el departamento de imágenes. El sistema de atención debe ser capaz de gestionar las emergencias cardíacas ocurran donde ocurran.
Medir y contrastar el nivel de atención puede influir positivamente en la evolución del paciente. No obstante, son necesarias la interpretación y revisión continuas para identificar áreas susceptibles de mejora, como:
o Aumentar los índices de actuación en el caso de RCP realizada por un testigo presencial
o Mejorar la realización de una RCP Reducir el tiempo hasta la desfibrilación Despertar la concienciación entre los ciudadanos Entrenamiento y educación entre profesionales y ciudadanos
Fundamentos básicos del SVB/BLS
EI SVB/BLS se compone de cuatro partes principales:
ü Compresiones torácicas
ü Vía aérea
ü Ventilación
ü Desfibrilación
Secuencia de valoración
Las guías de la AHA 2015 para RCP y ACE recomiendan la secuencia de los pasos de SVB/BLS de C-A-B [Chest compressions, Airvvay, Breathing compresiones torácicas (compresiones torácicas, apertura de la vía aérea, buena respiración)] en adultos, niños y lactantes.